Hace mucho, cuando los dioses griegos imponían sus designios en la faz de la tierra, y dominaban el destino de los mortales, Zeus entregó al cuidado de Eolo, Dios de los Vientos, a cuatro vientos tempestuosos. Estos vientos maléficos eran causantes de grandes desastres cuando eran liberados, por esa razón, Eolo decidió mantenerlos atados en sus establos y liberarles temporalmente cuando lo consideraba preciso. Hoy en día entre los simples mortales un grupo de temidos guerreros le sigue procesando obediencia y devoción implorando que suelte alguno de los cuatro vientos para poder surcar la árida meseta montados en los blokart. Hace pocas lunas Eolo escucho sus suplicas y decidió complacer a sus súbditos soltando a Bóreas dios del norte, conocido por su fuerza y carácter, Bóreas no soltó toda la furia de la que suele hacer gala, pero dio suficiente fuerza a las velas para que los guerreros del blokart navegasen en la tierra raudos y veloces. Terminada tan magnífica jornada los guerreros del blokart agradecieron y rindieron pleitesía a Bóreas por haberles acompañado y hacer vivir las velas de los blokart, también agradecieron a Eolo que le hubiese soltado para ellos y en ofrenda le reconocieron como al dios más poderoso y llenaron los gaznates de cerveza a su salud.
Nota del autor: No he mezclado medicación antes de escribir este artículo.
