
Nunca un madrugón nos había merecido tanto la pena. A las 6:30 de la mañana con las legañas todavía en los ojos, nos pusimos en ruta desde Palencia (con la previsión de viento un poco incierta) hacia la playa de la Salve en Laredo. Pocos kilómetros antes de llegar a nuestro destino observamos que el viento estaba más dormido que nosotros y apenas movía las ramas más finas de los arboles que encontrábamos en el camino. Cruzar los dedos sirvió de algo ya que cuando llegamos a la playa el viento se empezaba a despertar y cuando ya teníamos todos los trastos montados y nos enfundamos los trajes del guerrero algo nos decía que iba a ser una jornada gloriosa.
La playa estaba perfecta, la marea no había llegado todavía a su punto más bajo, a si que tendríamos unas 6 horas para disfrutar como enanos.
Nos juntamos con Chinuco que alternando el carrovela con el buggy se echo a las espaldas una buena kilometrada. Juan con su Rinox no paro tampoco en todo el día y Terrier con el buggy se le veis feliz cual perdiz. Un poco más tarde llego Alberto (ozone) que junto con Jona (queyo) no dejaron de dar espectáculo. Con solo parar a grabarles con la cámara de video 15 minutos dieron una pequeña muestra de los que pueden hacer estos mikinones, como a mí me gusta más rodar que gravar los mejores trucos no los pillo la cámara pero creo que con el video que podéis ver más abajo os podéis hacer una idea del espectáculo que dieron.
A poco antes de las tres llego Jesús de viento norte con su carrovela casero; pensamos que fue él quien hizo el pacto con el diablo para que la marea tardase en subir ya que pudimos rodar 2 horas más de lo que esperamos.
Mis huesos doloridos me decían que parase pero el viento me decía: aprovéchame tonto pocas veces vas a disfrutar de un viento tan limpio como yo, me fas a ofender si no sigues rodando. A sí que como sin dolor no hay gloria y para no ofender al viento seguí rodando hasta llegar a unos 95km.
De vuelta para casa la satisfacción calmaba los dolores que teníamos en el cuerpo Jona y yo. Desde luego ha sido un día grande, acostumbrados a los vientos racheados del interior y al terreno bacheado, rodar en un lugar asi ha sido un placer para nosotros que esperamos repetir pronto.